Parte I / 6. El Suceso de La Bofetada 耳光事件
La noticia del suceso en el que Ji Hui le propinó una bofetada violenta a la cara de la Secretaria de la LJC (la Liga de la Juventud Comunista) había sido entonces muy espaciada por el campus.
La Secretaria de la LJC localizó a nuestra ¨directora ¨ Ji Hui el día anterior al estreno de ese teatro en inglés que habíamos estado ensayando en ese año, y le planteó una sugerencia razonable. En realidad, ante la cual no sabíamos si reír o llorar.
Había tachado de ¨demasiado occidental ¨ nuestro teatro que estaba a punto de debutar— ¡Hay que modificar! ¡Todo el equipo creativo nos habíamos quedado boquiabiertos al escucharla! Sería aún mejor agregar historias de amor de los magnates revolucionarios como Mao Zedong y Yang Kaihui o de Karl Marx y Jenny a este guión, siguió la secretaria. Pero por sorpresa, ¡ Ji Hui declinó enseguida su petición a la cara de esta ejecutiva colegiala! Ella aparentaba reír a carcajadas. Se quedó confusa la secretaria al ver su comportamiento y preguntó, ¿Tan graciosa es mi sugestión? Ji Hui sacudiendo la cabeza, ¿Y de qué demonios te ries? Inquirió la mujer otra vez. Entonces Ji Hui dijo, ¡ya hemos conocido amenamente en la Primaria y la Secundaria las historias de Mao Zedong y Yang Kaihui, así como las de Karl Marx y Jenny! Aquéllo no era más que enseñar a los alumnos de Primaria la manera de escribir cartas de amor y de mirarse al espejo. ¡ Creo que ya no es necesario retomar este tema siendo ahora universitarios! Pero la secretaria insistió en hacer cambios. Ji Hui le rechazó categóricamente diciendo, Ya es tarde para cambiar, ¡Esto sólo lo hacemos por diversión! Apenas terminada su última palabra de ¨sólo por diversión ¨, se puso negra la Secretaria de la LJC, y le amonestó: ¨ ¿Cómo podéis considerar una actividad para propagar el espíritu insurgente y mostrar el ideal revolucionario como ´juegos´?¨ Ji Hui también empezó a refutarla al escuchar su acusación: ¨ ¿Y quién va a querer propagar ´el ideal revolucionario´ por vosotros ?¨
En definitiva, las palabrotas mentando ¨madres ¨ empezaron a aparecer con clareza en las palabras de ambas cuando ¨la sugerencia razonable ¨de la Secretaria de la LJC llegó a convertirse en ¨un órden ¨ finalmente. Entonces el carácter de ¨no deber a nadie ¨ de Ji Hui como típica xihainesa se estalló en el acto. Le dio una fuerte bofetada a la secretaria con su mano derecha, denigrándola, hija de puta, ¿qué coño sabes?
— Esto era precisamente ¨El Incidente de Abofetear a La Secretaria de La LJC ¨ muy sonado en nuestra universidad en aquel tiempo.
Mi Yinzhu también era miembro de nuestro grupo teatral aquel entonces. Yinzhu, Ji Hui y yo parecíamos un poco como un ¨trío poderoso ¨ enamorado en el escenario en aquellos tiempos. Por el escenario, Yinzhu y Ji Hui se discutían, flirteaban, peleaban por mi cariño……. Impensablemente, algunas tramas del drama llegaron a ocurrir luego en la vida real. Puesto que había tenido relaciones amorosas con estas dos chicas ¨talentosas ¨ sucesivamente, y de las cuales una iba a ser mi esposa muy pronto.
Los amigos y parientes de Ji Hui como Ji Mei, Wei Hui, etc. todavía celebraron una reunión conmemorativa en su honor durante varios días ulteriores. La reunión fue llevada a cabo en un restaurante a la entrada de la Asociación de Escritores de Donghai, me encontré allí otra vez con la preciosa y coqueta Wei Hui, pero esta vez estaba acompañada por un hombre estadounidense enseñando sus pelos en el pecho, en las piernas y en los brazos. Wei Hui le llamaba Henry.
Henry llevaba arriba una camisa de algodón gruesa y larga, y abajo unas bermudas translúcidas y superfinas con las rodillas descubiertas. Wei Hui empezó a volverse esnob inmediatamente a la hora de mirar a la gente. A decir verdad, no me hacía mucha gracia ver a este Henry aquí. Especialmente en este momento y este lugar. La junta conmemorativa, por consiguiente, estaba atiborrada de un olor hormonal salvaje. Wei Hui y Ji Hui, aunque sean dos escritoras contemporáneas, eran muy distintas sobre todo por su temperamento.
Aparte, habían depositado un libro de condolencias en el restaurante de la Asociación Municipal de Escritores, muchos no miembros de la asociación, y en particular los lectores concurrieron para expresar su pésame. Lo que más me sorprendió era que Gao Jin había acudido también. Y por mi parte no había puesto en evidencia nuestra relación de ¨antiguos compañeros de clase ¨. Iba bastante discreta esta vez, sin quitar a la ceremonia la precedencia. Era muy conveniente estando en este tipo de ocasión para disimular las relaciones humanas. Hasta los desconocidos podrían ser considerados equivocadamente como lectores fanáticos de Ji Hui.
A escondidas, Ji Hui me metió dos entradas y dijo que serían para la noche siguiente. Esa ópera se llamaba ¨La Viuda Alegre ¨, protagonizada por el rey de los tenores, Plácido Domingo. Las guardé en el bolsillo de mi pantalón con temor. Ya veríamos si podría ir. Pero se me empezó a subir la sangre a la cabeza descontroladamente cuando la vi.
Ahora en mi casa, también habíamos dispuesto un altar para Ji Hui, que fue una idea de Yinzhu. No sabía si esto se trataba de algún tipo de acecho que Yinzhu planeaba realizar sobre mi interior.
Habíamos colocado las fotos de Ji Hui, los candeleros y las mini coronas de flor en el altar. Y persistíamos en reponer las frutas frescas y variadas cada día por ella. Sin duda alguna, logré conocer a Yinzhu aún más profundo a través de esta cosa, era de verdad muy benévola, no había fallado en echarle el ojo.
Me complacía muchísimo saber que las ventas de la novela La Vida Disoluta En Xihai estaban aumentándose cada día más. Al parecer, habían estado reponiendo libros nuevos diariamente en la Ciudad del Libro. Todos los dependientes iban súper atareados a causa de este libro. En cambio, las reacciones en Xihai siendo la tierra natal de Ji Hui eran mucho más tranquilas. Según me informaron, la influencia que daban las librerías allí era bastante poca. Diario Nocturno de Xihai simplemente había complementado una esquina del periódico con un escueto obituario. Como si todo esto hubiera sido dominado adrede por su familia. Era muy fácil para los espabilados adivinar este hecho, se veía que todos sus parientes no querrían decir nada sobre la experiencia de Ji Hui en Xihai, especialmente sobre su historia como madame en ese renombrado club nocturno, todo el mundo esquivaba mencionar todos estos tópicos.
Poco después, llegaron noticias diciendo que la gente había estado acudiendo sin parar cerca de ese edificio de alta categoría donde Ji Hui había vivido antes con el propósito de ofrendar un variado surtido de flores con coloridos escritos encima. El público presente se despedían, a través de las escrituras, de esta mujer extremadamente bella y talentosa quien había fallecido joven sin siquiera haberse casado.
Era muy famoso su edificio de apartamentos ubicado en el centro de Donghai, que estaba en un barrio residencial lujoso, próximo a muchos consulados extranjeros. Estaba aislado de las calles exteriores por un muro descomunal de granito sudamericano. Y sólo se conseguía encontrar por aquí , de entre todos los preservados en la ciudad, los parasoles chinos (Firmiana simplex) de origen francés en la mejor condición. Esto lo hacían por una sencilla razón, separar esa agrupación de personas de alta sociedad que procedían de allí dentro de la plebe fuera del muro.