10. Ji Hui: La Vida Disoluta En Xihai 季惠:《西海风流》
Para el gran asombro de Gao Jin, la voluminosa novela La Vida Disoluta En Xihai se estaba vendiendo cada vez más en La Ciudad del Libro de Donghai. - Ji Hui ha defendido cierta dignidad literaria.- Dijo ella. Y también quería ir a comprar un ejemplar. Así que quedó conmigo una tarde para vernos en La Ciudad del Libro.
Hoy en día esta Ciudad del Libro era exageradamente espaciosa, su superficie total ocupaba ocho plantas enteras.
Nos sentamos en la cafetería ubicada en el tejado de La Ciudad del Libro para tomar un café. Contemplando a las minúsculas figuras humanas y los coches en movimiento vermicular, habíamos hablado de este best-séller de Ji Hui.
Gao Jin se volvió inquieta con pasar tan sólo unas páginas. - Lo primero que ha funcionado es la foto de Ji Hui.- Dijo ella. Se lo negué diciendo - Tu comentario sobre esta escritora es degradar su calidad literaria.- Gao Jin contestó - Por supuesto que el contenido también está muy bien, pero existen muchos factores claves para convertir un libro en un best-séller, y el autor en sí es primordial. No creas que todos los lectores chinos fueran tan literatos. Hoy en día son más bien unos jugadores a la bolsa con alguno dinerillo que están leyendo libros, y sólo ellos pueden tener tiempo de subir a las librerías para ver el contenido de los libros, y las portadas son justamente el centro de atención para la mayoría de los fieles creyentes.-
Se calló apresuradamente al verme boquiabierto con sus comentarios.
Me había fijado en un fenómeno a través de la observación en ese día: Inesperadamente, muchas lectoras en La Ciudad del Libro habían comprado el libro únicamente por aquella ¨foto¨ de Ji Hui. Estaba esta foto a la entrada de La Ciudad del Libro, la cual llegaba a tener una altura de dos metros, que era la foto favorita de Ji Hui antes de su muerte. Llevaba un qipao, con pelos rizados y maquillaje ligero, tenía un temperamento extraordinario. Cuando Gao Jin, que iba a mi lado, vio aquella gran foto nada más entrar en La Ciudad del Libro, sin saber si era por admiración u envidia, había estado por mucho tiempo de pie ante la misma, con un gesto muy complejo, e incluso no paraba de proferir varias veces vaya, vaya.
Gao Jin no retomó el tema principal hasta después de muchos rodeos, pues había preguntado sobre la fallecimiento de Ji Hui - ¿Por qué ha muerto ella? ¡Si acababa de salir de apuros!-
Se veía que ella no confiaba mucho en lo publicado en aquel periódico.
- Efectivamente, también tengo dudas sobre esto.- Dije.
Gao Jin volvió a hablar mirando a mis ojos atentamente - ¡La policía incluso decía que fue suicidio!-
- Esto me lo creo aún menos. - Contesté.
Al verme reflejar así la posición, Gao Jin siguió completando - Hace unos años, había una vez, la cúpula del Hotel Lidu viajó a Europa por negocios, fue organizado y coordinado por esta mismísima Agencia Internacional de Viajes que es el No.1 del sector en Donghai. Con cara asombrosa, yo seguía preguntando - ¿Y adónde se han ido aquella vez? ¿Quiénes fueron los principales personajes?-
Fingía como si pensara un poco, y me contó - Fueron a Bruselas de Bélgica, y después a Fráncfort de Alemania. El Secretario General Adjunto Zhao Daoguang fue el capitán de la delegación. Estaban también el Director General Yang, el Director Qian, el Gerente Ji, etc. del Hotel Lidu.
Antaño Ji Hui nunca me contaba nada sobre sus viajes al extranjero, mucho menos sobre los itinerarios y los detalles.
No obstante, ¿Cuáles eran la misión que ella tenía que asumir en cada viaje? ¿ Y qué tareas? Eran unos enormes misterios existiendo en mi corazón. ¿ Y quién podría adivinar la causa de su muerte? ¿ De verdad fue por un ataque cardíaco debido a la sobrecarga laboral? ¿ O fue un suicidio por culpa de otras cosas? La deducción proclamada por la policía todavía adolecía de muchas evidentes lagunas. Sabía que sólo podría empezar a asociar, por lógica, tales detalles implícitos como ¨las mujeres guapas suelen ser malhadadas¨ y ¨manchando la bañera con sangre¨ con los argumentos de su novela.
A estas alturas, ¿ acaso Wang Yu quería despistar aposta a los lectores que prestaban mucha atención en el deceso de Ji Hui? ¿ Por eso me había llamado a publicar, bajo el seudónimo ¨Dong Menqing¨, esos reportajes ¨cerca del límite¨ sobre ¨La Causa de Corrupción y SIDA¨?
¿Era esto una idea excelente?
Este nombre ¨Dong Menqing¨ había sido fermentado con rapidez en la sociedad. El cual había atraído bastante atención de los lectores.
Al día siguiente, cuando recibí la segunda edición de este periódico del que había sido el encargado de redacción, nada más miaralo, entraron en mi cabeza otras dos fotos alarmantes que había escogido, así como una y otra historia del seguimiento social concerniente al ¨Monstruo Canceroso del Siglo- SIDA¨. Otra vez había disimulado intencionalmente todas aquellas mujeres que tenían que ver con esta ¨epidemia¨.
Tanto el contenido como la atención prestada de la página habían sido limitados únicamente a Chen Yunchang. El adjuntar esas dos fotos era también para hacer caso a la opinión de los peritos médicos, haciendo a la gente a conectar ¨la corrupción¨ directamente con ¨el SIDA¨.
De esta manera, se me había ocurrido un pensamiento aún más escalofriante: ¿No sea que Ji Hui también contrajo el SIDA? ¿Y si su perecimiento también tenía que ver con este ¨Monstruo Cenceroso del Siglo¨?
La novelista Wei Hui, quien aparte de hacer novelas, se dedicaba a estudiar expresamente la escritora de otra época Zhang Ailing. Estas investigaciones tenían un toque un poco ¨comerse el coco¨. Antiguamente ella contaba a sus alumnos en las clases unas historias de amor de Zhang Ailing. Empezando su discurso desde medidas de los sombreros de su esposo Hu Lancheng hasta tamaños de los chales de Zhang Ailing, desde los esmaltes de Zhang Ailing hasta los colores de su pelo en cuatro estaciones.
Pero yo estaba consciente de que realmente este círculo era muy limitado, se podría considerar un poco como auto-diversión. Pero ella se cambió enseguida de objeto literario, después de hacerse famosa esta materia de Ji Hui, alcanzando muy de cerca el ritmo de nuestra Oficina del Periódico.
Poco después, al tener el permiso de Wang Yu, ella creó aparte una columnita llamada ¨El Mueble de Libros de Ji Hui¨ detrás de mi reportaje serial. En efecto, este ¨Mueble de Libros¨ no se limitaba a vender cosas de Ji Hui, sino también discutía sobre la relación entre el estatus social femenino y la literatura. Ella llegó a una conclusión muy interesante: San Mao, Zhang Ailing, Ji Hui...... todas eran mujeres infortunadas que andaban de vanguardia en distintas épocas, y tampoco habían tenido un buen destino emocionalmente.
Ella me convocaba también al ¨Mueble de Libros¨ para contestar encuestas. Ella preguntaba y yo contestaba. ¡ De esta manera, parecíamos estar cantando a dúo! Lo cual era precisamente el efecto del marketing que Wang Yu aspiraba, con el fin de atraer masivamente a los lectores.
Pronto, Wei Hui me reveló una información sorprendente: decía que Ji Hui había acudido, un mes antes de su defunción, al Hospital General de La Región Militar de Donghai para efectuarse un importante examen corporal, y de momento no se sabía de qué se trataba.
Me estremeció bastante este examen corporal de Ji Hui, ya que ese período era sensible.
Parecía que se aproximaba cada vez más a algún resultado que me preocupaba dentro del corazón.
¡ A decir verdad, el redactor jefe Wang Yu ni se interesaba de estos reportajes sobre ¨el SIDA¨! Sólo prestaba atención a este tema de Ji Hui, así como los lectores y el motivo económico extendidos por el mismo, procurando a subir la tarifa de las publicidades.
Hacía cinco años, Ji Hui fue al Hotel ¨Lidu¨ para asumir el cargo de gerente de relaciones públicas. Hacía tres años, aquel ¨suceso cochino¨ que hizo ella había provocado nuestra ruptura definitiva. Y nuestra amistad se recuperó de nuevo justo en este año. Todavía podíamos ser amigos aunque no hubiéramos sido pareja.
Hacía tres meses, la trasladaron al Ayuntamiento para servir de la portavoz. De círculos femeninos a círculos oficiales, había entrado en la etapa culminante de sus éxitos. Recuerdo que un día estando en la Oficina del Periódico, ella me llamó pidiendo consejos sobre su inmediato traslado a la municipalidad. Me quedé boquiabierto al enterarme de la noticia -- apenas si terminaba de escuchar sus palabras por teléfono, empecé a gritar como si tuviera calambres - Ji Hui, mi cariño, ¿Qué más dudas tienes? ¡No hay nada mejor que esto! ¡Ya no dudes más, acéptalo rápido! ¡Di que vas a ir seguro!- Al acabar mis palabras, escuché nítidamente un suspiro suyo al otro lado del teléfono, y no me volvió a hablar más.
Según la suposición de Yinzhu, Ji Hui debería de tener contactos ¨muy gordos¨ en el Municipio, mucha gente le estaba ayudando por detrás. Había pensado en aquel Secretario General Adjunto del Ayuntamiento Zhao Daoguang quien apareció en la funeraria aquel día. Me imaginaba que, en aquellos años del Hotel Lidu, ella debería de haber conocido muchos magnates del gobierno, y lo cual seguramente tenía que ver con su ascenso. El Hotel Lidu era un hotel subordinado directamente a ¨la Oficina de Vecindario¨. Era lógico que ella trataba con los superiores jerárquicos, ya que hacía reuniones con los del Ayuntamiento y comía también con ellos desde la misma olla.
Conforme los datos que me había informado Wei Hui, elegí un viernes por la tarde para acudir al Hospital General de la Región Militar de Donghai.
¿Y por qué lo hice en un viernes por la tarde? Porque me había enterado de que a esa hora no habría consultas en aquel hospital, que la mayoría de la plantilla estaría libre.
Los periodistas parecemos a veces como los policías, vayamos donde vayamos siempre llamamos la atención de los demás. En ese día, enseñé al Hospital mi carné de periodista, declinando la compañía de un ¨director¨, me había resultado muy fácil deslizarme en la base de datos de registros médicos de atención ambulatoria, y había conseguido la fecha y hora exacta igual que la facultad donde Ji Hui se hizo el chequeo un mes antes.
Lamentablemente, el perito encargado del examen físico de Ji Hui se había marchado al extranjero la semana pasada, solamente había visto el nombre de Ji Hui en la Clasificación del Registro de Pacientes Ambulatorios. El registro señalaba que en ese día ella fue primero al Departamento de Otorrinolaringología por la nariz, y luego fue a la Fisioterapia para revisar la cintura. ¡Superficialmente, todo esto no tenía nada que ver con el SIDA! La piedra en mi corazón por fin se cayó.
Ji Hui era una mujer moderna, quien abogaba absolutamente por el alto consumo. Era algo irreal ganar la vida con su escaso ingreso transparente, incluyendo tales oficios como escribir. ¡Ella jugaba con las emociones! Aquel edificio residencial donde vivía la ya difunta Ji Hui era un apartamento de máxima categoría en la ciudad. La superficie aproximada del cual era casi trescientos metros cuadrados, cuyo valor elevado era sorprendente. Hasta ahora seguía sin entender con qué dinero había adquirido este piso. Su primera novela publicada se llamaba Los Movimientos Fetales En El Embarazo, la cual había atraído la atención del círculo literario de Donghai. En esa novela, había descrito los sucesos de su propia vida, sus padres, su Xihai. Fue publicada por una editorial de la ciudad de Xihai. Había críticos en el mundo de las letras creían que este libro era la mejor literatura ¨pintalabios¨ femenina en los últimos diez años.
Entonces, al fin y al cabo, ¿ de qué serviría la literatura en lo profundo del corazón de Ji Hui? Yo pensaba que debería de ser un frasco de perfume francés y un pintalabios chino.
Sabía que, en el pasado, diversos contactos suyos siempre le desembolsaban todo tipo de altos gastos en cada fin de año, bajo conceptos inventados como gastos de vestimenta, remuneraciones, gastos de traducción o/e interpretación. Sobre todo algunos extranjeros de alto estatus social la solían invitar para que les sirviera de traductora o/e intérprete, y al mismo tiempo le lanzaban una cantidad muchas veces más de la merecida.
Aunque Ji Hui había fallecido, sus escritos permanecían, los cuales eran aún más vivaces que las fotos. Las letras bajo su pluma representaban una conducta de ¨echarse perfume¨ y ¨pintarse los labios¨, que se trataba más bien de una valiosa búsqueda en su esfera espiritual. Si dijéramos que Los Movimientos Fetales En El Embarazo era su debut literario consagrado a esta metrópoli Xihai, ¡ pues La Vida Disoluta En Xihai podría ser considerado como una canción de swan en honor de esta urbe Donghai!
Sin embargo, también fue por culpa de esta maldita literatura, que había sido precisamente el detonador de nuestra ruptura.